Soy profesora universitaria y, además de disfrutar dando clases, me enfrento a la difícil tarea de definir palabras. Creo que es algo que resulta familiar a todos. Quien más quien menos alguna vez ha intentado explicar qué significa una palabra y no siempre resulta fácil.

Si hay una pregunta que nos persigue a la mayoría de los investigadores, es esta: ¿por qué? Y esta pregunta se hace tan íntima e impertinente que llega a resbalarse por los resquicios de la vida cotidiana. Para mí es un misterio desentrañar el significado de palabras como felicidad, amor y paz, posiblemente porque el misterio sea qué es una vida feliz, una vida de amor o una vida pacífica.

Aquí quiero volcar pensamientos que bullen como burbujas en los momentos más inesperados, y que explotan y mueren sin llegar a ninguna parte. Quiero compartir mis porqués ante una vida que tantas veces no entiendo. Quiero expresar en voz alta mis vacilaciones acerca del significado de ciertas palabras que significan mucho más de lo que un diccionario puede expresar. Y lo hago con cuentos y breves ensayos, acompañados de acuarelas que voy pintando.

Intento comprender y comprendo que no sé casi nada. Aún así, creo que lo único que no podrán robarnos nunca, incluso en una situación extrema, es pensar. Y pensar puede salvarnos.